Estamos emocionados… Viene el verano, es época de bikini, traje de baño, playa, piscina y SOL.

Desde pequeños nos han dicho que el sol es bueno y ojo, no es mentira, ya que es nuestra principal fuente de vitamina D, pero lo que quizás no te dijeron, es que el sol también puede ser fuente de muchas afecciones de la piel… Y decimos “puede” porque puedes hacer algo al respecto y es evitar exponerte mucho tiempo a él, o, protegerte si lo vas a hacer, haciendo uso de un fotoprotector en crema o loción.

Si llegaste a la playa y se te olvidó el protector solar y también te olvidas de estar a la sombra de vez en cuando, puedes correr el riesgo, al mediano o largo plazo, de desarrollar manchas en tu piel, conocidas como manchas solares o manchas por hiperpigmentación. 

Estas manchas son las que conocemos como melasma y léntigos solares, las cuales nacen palabras más palabras menos, como una respuesta desorganizada de nuestro organismo ante la exposición prolongada a la radiación solar.

Ahora bien ¿Qué puedes hacer si llegases a sufrir de estas afecciones por fotodaño? Pues ya el protector solar será totalmente innecesario, porque el daño está hecho, entonces ahí es cuando el láser Nordlys IPL hace su entrada triunfal.

La luz pulsada intensa (IPL) son flashes cortos de luz muy brillante que, al entrar en contacto con la piel, hace que ciertos pigmentos naturales de ella puedan absorberla para convertirla en calor. Una de las sustancias de la piel capaces de absorber la luz es la melanina (la responsable de la aparición del melasma y los léntigos). El efecto que produce el Nordlys IPL en la piel se llama fototermolisis selectiva, que, en pocas palabras, consiste en destruir un objetivo sin dañar el tejido circundante, en este caso, las hiperpigmentaciones.

El tratamiento es más efectivo en pacientes de fototipos claros y sin broncear, ya que cuanto mayor es el contraste entre la pigmentación y la piel, más fácil y seguro es el tratamiento.